Lloras, me vuelvo y sólo te veo si tú quieres que así sea.
Soy así de pardilla... ¿o estoy así de perdida?
Es divertido perderse en la indecisión.
La que tú practicas a mi me cabrea. La que yo ejerzo me reconforta y aísla.
Sé que no te gusta, pero te pedí que me dejaras verte, no sólo si tú querías.
No quisiste ni me dejaste y tu llanto se volvió eterna sonrisa de desconcierto.
Todo pasó, hasta el tiempo. Pero sigo escribiendo en presente.
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