lunes, 26 de enero de 2009

Extraña vejez

Ahora me acompaña y, sin embargo, sé que pronto se marchará.

Nos reencontraremos al cabo de los años y seguirá siendo tan diferente como ahora, parcialmente nublado y casi siempre gris, como el tono de mi voz cuando quiero ser solemne.

No es más que una pose. Solemnidad Vs. Rebeldía. Y siempre el mismo ¿ganador? Pero volveremos a vernos la cara. La mía más putrefacta y ensombrecida. La tuya lujuriosa y expectante. Radiante y luminosa. Majestuosa y victoriosa. Triunfante (siempre el mismo perdedor) frente al paso de los años.

Me agota. Estoy cansada. Y no pasan los años. No siento la vejez carcomer mis doloridos sentimientos. Quiero dejar de sentir. Necesito envejecer para que me reconozca(s). Me miraré en tu espejo (roto) y veré (una y otra vez) la misma polaroid.

Una instantánea fugaz. Sé que pronto te marcharás.

domingo, 18 de enero de 2009

Let it be

Déjalo estar. No merece la pena. 
Lloras, me vuelvo y sólo te veo si tú quieres que así sea. 
Soy así de pardilla... ¿o estoy así de perdida?

Es divertido perderse en la indecisión. 
La que tú practicas a mi me cabrea. La que yo ejerzo me reconforta y aísla. 

Sé que no te gusta, pero te pedí que me dejaras verte, no sólo si tú querías. 
No quisiste ni me dejaste y tu llanto se volvió eterna sonrisa de desconcierto.

Todo pasó, hasta el tiempo. Pero sigo escribiendo en presente.